La soldadura fuerte con nitrógeno es una técnica utilizada para unir metales aplicando calor y un metal de aportación, todo mientras se protege la zona de trabajo con nitrógeno, un gas inerte útil de las piezas soldadas. Además, su aplicación en procesos de recocido ayuda a conservar las propiedades estructurales de los metales, haciéndolo indispensable en industrias de alto rendimiento.
¿Cómo funciona este proceso?
1. Uniones más limpias y resistentes
Al no haber oxidación, las superficies se mantienen limpias. Esto permite que el metal de aportación fluya correctamente y se forme una unión más firme, uniforme y duradera, con mejor resistencia a la corrosión y mejor acabado visual.
2. Usos comunes
Este método se utiliza frecuentemente en sistemas de refrigeración, aire acondicionado y calefacción (HVACR), especialmente para unir tuberías de cobre y otros componentes metálicos.
Ventajas de usar nitrógeno en la soldadura fuerte
- Uniones sólidas y duraderas:
Al evitar la formación de óxidos, las conexiones metálicas son más estables y resistentes. - Superficie limpia y suave:
La soldadura queda con un acabado más parejo, lo que mejora tanto la apariencia como la protección contra la corrosión.
Aspectos de seguridad a considerar
- Peligro por desplazamiento de oxígeno:
Como el nitrógeno desplaza el oxígeno del aire, puede reducir los niveles de oxígeno en espacios cerrados, generando riesgo de asfixia si no hay buena ventilación. - Ventilación adecuada:
Es imprescindible contar con extracción de aire o circulación constante para evitar acumulaciones peligrosas de gases inertes.
¿Por qué se usa nitrógeno en el recocido?
Durante el recocido (tratamiento térmico para ablandar el metal o aliviar tensiones internas), el nitrógeno cumple una función similar: evita que el oxígeno entre en contacto con la pieza caliente, lo cual previene la oxidación y la pérdida de carbono (descarburación). Esto ayuda a mantener las propiedades mecánicas del material y un acabado más limpio.
